Para el cuerpo y la mente humanos existe muy pocos momentos con mayor sensación de bienestar que los minutos después de haber echado un polvo. Esto, lejos de ser un novedoso descubrimiento, es sabido por mujeres y hombres casi desde el principio de los tiempos. Mucho más reciente es, en cambio, el descubrimiento de que esos placenteros instantes se deben a la acción de una sustancia química sintetizada en nuestro propio cerebro y que es liberada a la sangre en enormes cantidades durante el contacto sexual. Esta bendita molécula se llama oxitocina y es también la responsable de nuestra visión del mundo, de la calidad de nuestras relaciones humanas, de la confianza, de la generosidad, de la fidelidad, del optimismo y del humor. Por todo esto se la conoce también como la “hormona del amor” o la “molécula afrodisíaca”.
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Detalle de "Las Tres Edades de la Mujer" de Gustav Klimt, 1905. |
Cada vez que alguien nos da un abrazo o una caricia nuestro cerebro libera al torrente sanguíneo pequeños pulsos de oxitocina que provocan la misma sensación de bienestar que percibimos durante el orgasmo aunque, como es fácil de suponer, a mucha menor escala. Esto es, para ser y sentirnos felices debemos producir oxitocina de forma natural y regular. Y producir oxitocina es tan sencillo como abrazar y ser abrazados, como tocar y ser tocados.
La oxitocina está relacionada, por tanto, no sólo con la conducta sexual, sino también con la social en general. Esta hormona facilita la vinculación entre sujetos, no únicamente entre hombre y mujer, sino también entre padres e hijos, entre hermanos o entre individuos que se relacionan de algún modo. Es la responsable de que las parejas más fieles y duraderas sean aquellas que se acarician más. Y es la razón por la que los deportistas de un mismo club refuerzan su espíritu de equipo abrazándose y tocándose con frecuencia.
El entorno altamente hostil, competitivo e individualista en el que vivimos hoy en día incentiva una esfera pública dominada por las hormonas del estrés (adrenalina, norepinefrina y cortisol). Por el contrario, quedan confinadas a la más estricta intimidad actividades como la ternura, el relax o el contacto físico en sus distintas variantes: el halago, el roce, la caricia, el mimo, el abrazo, el masaje y, por supuesto, el sexo. Esto tiene como consecuencia un generalizado bajo nivel de oxitocina en sangre, lo que nos hace más malhumorados, más susceptibles y más desconfiados. Y con este pudor ridículo estamos, sin apenas darnos cuenta, desterrando para siempre la felicidad de determinados ámbitos como, por ejemplo, el entorno laboral.
Distintos grupos de investigación en todo el mundo han demostrado que la oxitocina mejora la capacidad de confiar en otras personas, promueve la actividad grupal, impulsa a superar el miedo social y a crear un círculo de confianza y afecto. O, en otras palabras, aquéllos que disfrutan de más contacto físico son personas más felices. A modo de curiosidad: los efectos psicotrópicos de la droga conocida popularmente como éxtasis (ó MDMA) no se deben a su acción directa sobre el cerebro sino a que provoca una hipersensibilidad de éste a la oxitocina que generamos de manera natural. Los conocidos efectos de esta droga (sentimientos amorosos, aumento de la empatía, apertura emocional, buen humor…) son, por tanto, fruto de la acción de la oxitocina y no del éxtasis en sí mismo. La consigna hippie de “haz el amor y no la guerra” tenía, por tanto, cierta base científica ya que el chute de oxitocina que se obtiene tras el sexo predispone a la mente humana más para la ternura que para la confrontación. Por otra parte, es asombrosamente descriptiva la expresión “estar mal follad@” para referirse a alguien con muy mal humor o un marcado caracter anti-social.
Distintos grupos de investigación en todo el mundo han demostrado que la oxitocina mejora la capacidad de confiar en otras personas, promueve la actividad grupal, impulsa a superar el miedo social y a crear un círculo de confianza y afecto. O, en otras palabras, aquéllos que disfrutan de más contacto físico son personas más felices. A modo de curiosidad: los efectos psicotrópicos de la droga conocida popularmente como éxtasis (ó MDMA) no se deben a su acción directa sobre el cerebro sino a que provoca una hipersensibilidad de éste a la oxitocina que generamos de manera natural. Los conocidos efectos de esta droga (sentimientos amorosos, aumento de la empatía, apertura emocional, buen humor…) son, por tanto, fruto de la acción de la oxitocina y no del éxtasis en sí mismo. La consigna hippie de “haz el amor y no la guerra” tenía, por tanto, cierta base científica ya que el chute de oxitocina que se obtiene tras el sexo predispone a la mente humana más para la ternura que para la confrontación. Por otra parte, es asombrosamente descriptiva la expresión “estar mal follad@” para referirse a alguien con muy mal humor o un marcado caracter anti-social.
En este punto de la reflexión tenemos dos noticias para ti. La mala es que, como siempre en este mundo capitalista, diferentes empresas farmacéuticas y cosméticas ya están preparando sus campañas para convencerte de que compres su oxitocina en distintos formatos comerciales: sprays, cremas, comprimidos, perfumes y hasta… ¡inyectables! La buena, es que gracias a ÁcidoPúblico ya sabes que son patrañas y que la oxitocina de mejor calidad que puedes conseguir en el mercado es la tuya propia, gratis y mucho más fácil de encontrar. Sólo necesitas dejar de quejarte de todo y de todos, perder el miedo y la vergüenza, y comenzar a abrazar y acariciar más a los que te rodean. ¿Por qué no pruebas? Y si luego te gusta, ¿por qué no fomentas el uso de este hábito? ¿Por qué no lo llevas contigo en el coche, al trabajo o a casa de tu suegra? Hazte oxitocinóman@!
Claaaro! Hay que tocarse másss! :)
ResponderEliminarLa verdad es que muy bueno el artículo. De hecho debería confirmar si la semana pasada no lo leyeron o lo comentaron en la radio.
ResponderEliminarEs curioso como sin saber todo esto al que tiene mal humor o mala onda se le diga que anda mal atendido.
La enseñanza será hay que hacerlo mas seguido...
que pena no haber leido este articulo unos años antes , hubiera disfrutado mucho mas ....
ResponderEliminarno importa , siempre hay tiempo .