De todas las circunstancias que pueden provocar risa, aquéllas que sobrevienen sorpresivamente son, sin duda, las más sanas y gozosas, y las que presentan mayores propiedades terapéuticas. Como la que ha alegrado en un momento todos los males a cierto blogger novato cuando, armado con una humeante taza de café y los párpados todavía entumecidos por el sueño, se encontró en menos de quince minutos con los siguientes cuatro titulares de la prensa seria.
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"Jarra y vaso de agua", óleo sobre lienzo de Jean-Baptiste Siméon Chardin. Año 1760. |
Una concejala del equipo de gobierno se va en mitad de un pleno para acudir de figurante al plató de 'Sálvame'.
La edil de cultura ve "demasiado gallega" la agenda de actos para las fiestas de A Coruña.
Otorgan la concejalía de Medio Ambiente a un pirómano confeso.
Un desayuno como éste le cambia el plan de vuelo a cualquiera. Y lo que iba a ser para nuestro bloguero protagonista una mañana de andar piropeando a las musas, terminó en cosa bien distinta. Porque, ¿saben?, cuando uno ya va entrando en años comienza a conocerse bien a si mismo y el terreno que pisa. Y sabe confiar en el olfato cuando le dice que es momento de enfundar el florete y entregar la victoria. Porque hay guerras que están perdidas antes de empezar. Y, en cualquier caso, aún existiendo una posibilidad de salir victorioso de ellas, el riesgo de sufrir irreparables desgastes no justifica de ningún modo el tiempo y las energías que se han de dedicar para tan exiguo botín. Así que sin llegar a pinchar siquiera sobre el titular del cuarto link que les hemos referenciado y ya completamente extenuado por la risotada, el blogger cargó su mp3 con unos temas de Jorge Drexler, echó el lazo a Maldé, el border collie que dormitaba a los pies del sofá, y salió a pasear la mañana con la respiración todavía trémula y restos de tensión en el abdomen.
Más tarde y con toda la musculatura activada por la caminata, si se lo preguntáramos, no sabría decirnos si lo que sentía en el vientre eran los últimos coletazos de la felicidad que le había inoculado minutos antes el humor o los primeros avances del angustioso vértigo que provoca el esperpento de la no-ficción. O, tal vez, conatos de náuseas en la boca del estómago.
- ¡Maldé, vámonos! ahora que todavía reímos. Mañana ya tocará llorar. -
Dios mio, realmente es mejor reir puesto que si nos dejaramos llevar por nestros instintos mas basicos lo que realmente haria mas de uno es recargar la recorta y .....
ResponderEliminarMejo dejarlo asi.
Amén
La risa, el primer impulso, sano y reparador donde los haya. Y en cuanto ésta remita, mejor será que nos entretengamos la cabeza con algún otro hobbie no vaya a ser que la gasolina, al alcance de todos, acabe empleándose en fines para los que no fué diseñada.
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